M 67

Messier 67

Generalmente deslumbrado por el cercano M44 el pesebre, este bello cúmulo de magnitud 6.1 puede pasar desapercibido por ser algo mas débil aunque tiene curiosas características que lo convierten en un objeto interesante.

En primer lugar está la antigüedad del cúmulo. Es tan antiguo como nuestro propio sol, unos 4.000 millones de años. No es lo habitual. Los cúmulos abiertos suelen estar formados por estrellas jóvenes que se van separando a medida que envejecen. Sin embargo se cree que este grupo de estrellas podrían continuar juntas otros 5.000 millones de años mas.

También ha sufrido una segregación enorme. Las mas masivas se han ido moviendo hacia el centro mientras que las mas ligeras se han quedado por las zonas exteriores del cumulo. La mayoría de estrellas de este cumulo son tan similares a nuestro sol que en cierto tiempo se pensó en la probabilidad de que nuestra estrella procediera de tal cumulo. Posteriormente tal afirmación se ha desestimado ya que las simulaciones del movimiento estelar realizadas por ordenador no dan respaldo a tal hipótesis.

Lo que si es cierto es que tal zona de la galaxia es a menudo estudiada debido a su similitud con nuestra estrella central tanto en edad como en composición como proceso de creación de sistemas estelares y especialmente para averiguar si las estrellas menos masivas o las mas masivas son mas proclives a formar sistemas planetarios como el nuestro. Se han hallado numerosos planetas extrasolares en este cumulo lo cual es prueba de que incluso en el interior de los cúmulos se crean con facilidad planetas y no solo en estrellas aisladas.

Descubierto por Messier en 1780 este bello cúmulo merece sin duda un buen vistazo durante las noches invernales aprovechando el habitual momento de observación de M 44 que nunca falta en estas ocasiones.